miércoles, 27 de marzo de 2013
Mi nombre (por José María Fonollosa)
Los nudillos golpean los cristales
de un bar en una esquina. Hasta mí arriba
mi nombre que me busca entre la lluvia.
Es grato oír el nombre que uno lleva.
Es grato descubrir que uno aún importa.
Que importa a sus amigos que le llaman
cuando pasa uno andando por la calle.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
7 comentarios:
Llego un poco tarde al jaleo en Rayos y truenos. He dejado allí mi disculpa por mi comentario del otro día en la entrada de Cioran. Lo siento de verdad.
Espero veros por ahí de nuevo.
Si uno no se entiende ni a sí mismo, tampoco puede juzgar a los demás.
(ALBERT ESPINOSA)
No hay forma de sentirse digno faltándole al respeto a alguien.
El día que nací yo, ¿qué planeta reinaría?
Por donde quiera que voy,
qué mala estrella me guía.
Estrella de plata, la que más reluce,
¿por qué me llevas por este calvario
llenito de cruces?
Tú vas a caballo por el firmamento,
y yo cieguecita sobre las tinieblas
a pasito lento.
El barco de vela de tu poderío
me trajo a este puerto
donde se me ahogan los cinco sentidos.
El día que nací yo, ¿qué planeta reinaría?
Por donde quiera que voy,
qué mala estrella me guía.
Estrella de nácar, déjame ser buena
y que me pongan en estos barrotes
mi reloj de arena.
Yo haré lo que mandes,
rey de los luceros,
y cuando tú digas
que me lleven preso te diré "te quiero".
El día que nací yo, ¿qué planeta reinaría?
Por donde quiera que voy,
qué mala estrella me guía.
Haz lo que debas, y a nadie temas.
Mucha funda y poca enjundia.
Creer que un enemigo débil no puede dañarnos es creer que una chispa no puede causar un incendio.
Publicar un comentario