jueves, 7 de noviembre de 2013
¿Acaso te soñé? (por Sergei Yesenin)
No me arrepiento, no llamo, no lloro,
todo pasará como del manzano blanco el humo.
Envuelto en el oro del otoño
ya no volveré a ser joven.
Ya no palpitarás tan fuerte,
corazón helado por el frío,
y el país de tela de abedul
no me tentará caminar descalzo.
Espíritu errante: cada vez menos
enciendes la llama de mi boca.
¡Ay de mi frescor perdido,
ímpetu de los ojos y raudal de pasiones!
Ahora soy más parco en deseos.
Vida mía, ¿acaso te soñé?
Que una sonora mañana de primavera
pasé al trote en un caballo rosado.
En el mundo todos somos mortales,
los arces derraman callados el bronce de las hojas...
Sea eternamente bendito
lo que viene a florecer y a caducar.
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9 comentarios:
me gusta
si, me gusta mucho
Secreto de dos, guardado; de más, en la calle echado
Voy como si fuera preso:
detrás camina mi sombra,
delantes mi pensamientos.
Ojalá que vivas todos los días de tu vida.
(JONATHAN SWIFT)
Jamás miró
el doctor Galeno una
radiografía.
(CUQUI COVALEDA)
Cuando te queme el orgullo,
piensa en tus cenizas frías:
se te bajarán los humos.
(RIVERO TARAVILLO)
A lo lejos en el siniestro cielo
el sol indiferente gira.
Tu respiración es un silbido tenue.
A 50 grados bajo cero
morir ¿qué significa?
Las montañas miran
y se quedan calladas.
(NINA GAGER TORN, "Desde el Gulag")
Cuando hemos visto una sola vez resplandecer la felicidad en el rostro de un ser querido, descubrimos que no puede existir para el hombre otra vocación que la de originar esa luz en los rostros que nos rodean.
(ALBERT CAMUS)
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