martes, 19 de noviembre de 2013
Si pierdo la memoria, qué pureza (por Pere Gimferrer)
Si pierdo la memoria, qué pureza.
En la azul crestería la tarde se demora,
retiene su oro en mallas lejanísimas,
cuela la luz por un resquicio último, se extiende y me delata
como un arco que tiembla sobre el aire encendido.
¿Qué esperaba el silencio? Príncipes de la tarde, ¿qué palacios
holló mi pie, qué nubes o arrecifes, qué estrellado país?
Duró más que nosotros aquella rosa muerta.
Qué dulce es al oído el rumor con que giran los planetas del agua.
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6 comentarios:
Al marinero en la mar
nunca le falta una pena:
o se le tuerce el timón
o se le rompe una vela.
Cuando las lágrimas
caen hacia dentro encharcan
el corazón.
(ALMUZARA)
Ni la perfecta salud física, ni la perfecta salud mental, existen.
Quien acepta el léxico del enemigo, se rinde sin saberlo.
(GÓMEZ DÁVILA)
Lo malo del "largo plazo" es que creemos que no va a llegar nunca pero acaba llegando.
Tan ligera en su vestido estampado,
suelto y con un tirante caído,
sentada bajo un árbol
en cuya sombra el sol penetra
con finos trazos lánguidos,
la mujer leyendo, emparedada por el libro
que tiene en las manos,
no muestra ni sentir en su piel dulce
la lluvia o granizada de insectos
que la recorre, cayendo en línea recta
del árbol espacioso, y se posa
en sus hombros desnudos, en sus brazos
y en su pelo sedoso,
para adornarle el cuerpo pensativo
como joyas raras,
como broches vivos.
(LEONARDO FRÓES)
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