sábado, 13 de junio de 2015
Después (por Víctor Alarcón)
Después de la muerte de mi padre
están las memorias del tiempo
las horas taciturnas
los retratos perdidos
Después de la muerte
está la pubertad como una loba vieja
los hospitales asmáticos
los amores que se desvelan al ritmo de una intravenosa
bigotes oscuros ojos verdes paredes blancas
cuadros familiares viéndose en los espejos
una visita recordando algún blues
un cigarrillo en la ceniza
Después de la muerte
están unos niños con el olvido clavado en el estómago
con las manos sucias de tierra
con los ojos verdes
recordando la distancia de sus pasos en la grama
están las viejas rezando sin lágrimas junto al muerto
desvelando los rosarios
recordando sus nombres
Después
están las cuerdas de una guitarra
vibrantes en medio de las estrellas
el bajo robándole notas a la batería
los discos de pasta
y el equipo de música
encendido en las mañanas silenciosas
Después de la muerte
hay un amor neoyorkino
destrozado en las visitas quirúrgicas
Está el jardín de la infancia
armonizado por ranas que se esconden entre las piedras
el recuerdo de una mata de mango
rodeada de frutos caídos
y una bicicleta oxidada
Después
está un cuarto
poblado de memorias y libros prestados
el recuerdo como algo ajeno
la noche desde un piso trece rodeado de edificios
Después de la muerte
están las hazañas de mis abuelos
mi madre y sus rosas
mi hermano que calla distante en un mar rítmico
Después
hay un lago negro lleno de luces perdidas
están solitarios los fantasmas
los espíritus noctámbulos
los suspiros que saben a sombra y a descanso
Después de la muerte de mi padre
está la vida despertándose de golpe
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6 comentarios:
Entre las ramas
del nido de cigüeña,
botes de plástico.
(CUQUI COVALEDA)
Todo texto oscuro es muestra de insolvencia, confusión o impostura.
No te mezcles con el heno o te picarán las gallinas.
(proverbio somalí)
A menudo castiga Dios con lo que da y premia con lo que niega.
Se creyó dueño
y ella lo obligó a la más honda encuesta,
a preguntarse qué era en realidad suyo.
Después lo tomó en sus manos
y fue formando su rostro
con el mismo material del extravío, sin desechar nada,
y lo devolvió a los brazos del origen
como a quien se amó sin decírselo.
(RAFAEL CADENAS)
Lleno de vida, hoy, compacto, visible,
yo, de cuarenta años de edad el año ochenta y tres de los Estados,
a ti, dentro de un siglo o de muchos siglos,
a ti, que no has nacido, te busco.
Estás leyéndome. Ahora el invisible soy yo,
ahora eres tú, compacto, visible, el que intuye los versos y el que me busca,
pensando lo feliz que sería si yo pudiera ser tu compañero.
Sé feliz como si yo estuviera contigo.
(No estés muy seguro de que no estoy contigo.)
(WHITMAN)
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