no he salido en dos días
sino para probar el calor del aire
que sube a ráfagas desde el cañón.
vuelvo adentro y siento el frío
como nunca nada antes.
el suelo me empuja hacia sí,
dice ven aquí niña, dame
cinco minutos de tu piel.
digo lo mismo a mis sentimientos.
mi corazón es agua hirviendo en una taza.
siempre lo olvido cuando
meto los dedos para revolverlo.
miro al techo hasta
que la gravedad se invierte.
intento dejar de pensar en la muerte
y mis veinte años.
no soy un cerebro en una bacina.
soy una gominola húmeda en un campo
de basura y flores.
todo a mi alrededor
me hace más y menos viva
al mismo tiempo.
3 comentarios:
Enseñando aprendemos.
(ORTEGA)
Si alguien es inteligente pero hace tonterías, entonces es TONTO.
Al cuerno con la historia y sus delirios,
yo apuesto por la batalla campal:
Que acaben los troyanos y los tirios
casándose, que son tal para cual.
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