lunes, 10 de agosto de 2015
Mateo, XXV, 30 (por Jorge Luis Borges)
El primer puente de Constitución y a mis pies
fragor de trenes que tejían laberintos de hierro.
Humo y silbatos escalaban la noche,
que de golpe fue el Juicio Universal. Desde el invisible horizonte
y desde el centro de mi ser, una voz infinita
dijo estas cosas (estas cosas, no estas palabras,
que son mi pobre traducción temporal de una sola palabra):
—Estrellas, pan, bibliotecas orientales y occidentales,
naipes, tableros de ajedrez, galerías, claraboyas y sótanos,
un cuerpo humano para andar por la tierra,
uñas que crecen en la noche, en la muerte,
sombra que olvida, atareados espejos que multiplican,
declives de la música, la más dócil de las formas del tiempo,
fronteras del Brasil y del Uruguay, caballos y mañanas,
una pesa de bronce y un ejemplar de la Saga de Grettir,
álgebra y fuego, la carga de Junín en tu sangre,
días más populosos que Balzac, el olor de la madreselva,
amor y víspera de amor y recuerdos intolerables,
el sueño como un tesoro enterrado, el dadivoso azar
y la memoria, que el hombre no mira sin vértigo,
todo eso te fue dado, y también
el antiguo alimento de los héroes:
la falsía, la derrota, la humillación.
En vano te hemos prodigado el océano,
en vano el sol, que vieron los maravillados ojos de Whitman.
Has gastado los años y te han gastado,
y todavía no has escrito el poema.
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9 comentarios:
MATEO, 25, 30:
"Y a ese siervo inútil, echadle a las tinieblas de fuera. Allí será el llanto y el rechinar de dientes."
Zurciendo sueños,
remendando ilusiones:
cosiendo siempre.
(CUQUI COVALEDA)
¿Cuántas veces lo que poseíste acabó poseyéndote?
Con todo lo que yo tengo,
no tengo lo que quisiera,
porque me falta de aquello
de lo que sobra a cualquiera.
Para salir del hoyo la primera condición necesaria es dejar de cavar.
Si tú no te das cuenta
de lo que vale,
la vida es una tontería,
si vas dejando que se pierda
lo que más querías.
Lo mismo te echo de menos que antes te echaba de más...
Tienes facilidad para aprender, Siddharta, pues aprende también esto: el amor se puede mendigar, comprar, recibir como regalo o recoger en la calle, ¡pero robarlo es imposible!
(HERMAN HESSE)
Gracias
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