Ver una entrada al azar¿Acaso no es absurdo nacer sin que lo pidas,
la fuerza de la inercia,
las bacterias,
los átomos,
los planetas girando,
el tiempo que no cede (ya otra vez el otoño)…?
Pero si tú me abrazas no será absurdo solo,
no será puro absurdo
repleto de vacío.
Si me abrazas, será absurdo y otra cosa:
Será la suave mezcla, el blando entretejido
de absurdo más tú y yo.
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5 comentarios:
Ese instinto que nos saca de la unicidad o mismidad no es un disparo en la lìnea de flotación del absurdo, pero sí un lenitivo o compensación, o al menos un clavo (¿ardiendo?) para agarrarse y no despeñarnos por el abismo del sinsentido.
Amé y también fui amada.
Acarició el sol mi faz.
Vida, no me debes nada.
Vida, estamos en paz.
(Epitafio de Alfonsina Storni)
Hubiese querido estar al lado de Alfonsina aquella su última noche; haberle bajado la lámpara un poco más, arreglarle el embozo... Y, desde luego, cuando la llamara el otario aquel, decirle que no insistiera otra vez, que Alfonsina no vuelve.
LAS PLANTAS HELIOTRÓPICAS
¿Te vas a vestir de gala, por lo guapamente? A ver esa foto de doncella con canastillo recogiendo flores. Cuídate de los soles de mayo, Cesárea. Y de los alacranes si te agachas detrás de un olivo o de una carrasca. No pulas cada guijarro con un trapo ni alinees los estambres de las flores, ni encales el palo del gallinero, ni les tuerzas el cuello a las plantas heliotrópicas, ni le quites su piltrafilla de hormiga a las carnívoras y deja en paz al jaramago. Y a la araña laboriosa no le arruines la labor de siete días si ancló un sedal en el arco fajón de tu capilla. Dale vacanza al plumero de avestruz y recuesta el dorso en la hamaca guaraní que trajo Antonio (o Argantonio, que no sé). Mira las hojas de la parra al trasluz y cómo la colada del sol, por un tamiz de clorofila, espejea en la tierra seca que tienes a tus pies.
Sé tú como el alfarero, que del barro hace dinero.
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