En la habitación 302, Hospital Gimcheon, habitación para seis,
ella yace con su máscara de oxígeno, peleando contra el cáncer.
Ella yace cual pez plano bajo y plano sobre el piso del suelo oceánico.
Me tiendo paralelo a su lado, otro pez plano.
Al mirar un pez plano al otro súbitamente sus ojos se anegan de lágrimas.
Se lamenta, tan delgada que un ojo se ha ido rozando hacia el otro lado,
y mira fijamente a la muerte mientras yo contemplo el mar de su vida.
Recuerdo su vida de océano, oscilando de izquierda a derecha, en los mares acuosos,
su sendero arbolado, con su canción de cucú al mediodía,
cenas de fideo delgado, una familia apenas dueña de una pared de adobe.
Sus dos piernas se están rompiendo lentamente,
su espina dorsal se dobla como rama bajo el peso de una nieve súbita,
pienso en aquel día de invierno.
Su aliento se hace áspero como la corteza de un olmo.
Ahora sé que ella no puede ver el mundo más allá de la muerte,
un ojo es arrastrado hacia la oscuridad del otro.
Izquierda, derecha, me mezo hacia ella para yacer a su lado en el mar.
Ella me cubre suavemente con el agua que inhala con su máscara de oxígeno.
4 comentarios:
Al lado de un muerto que se va, ¿y a dónde va?. Y dándole la mano no irme con él.
Los dos de la mano pero él/ella se va y yo (¿por qué?) ... yo, en cambio, me quedo.
No quiero que te vayas
ni que te quedes,
ni que me lleves contigo
ni que me dejes.
Quiero tan sólo...
Pero no quiero nada
y lo quiero todo.
Encuentro tanta diferencia entre yo y yo mismo como entre yo y los demás.
(MONTAIGNE)
Tiene mi enamorado
en el sombrero
una cinta que dice
"por ti me muero".
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