miércoles, 2 de septiembre de 2015
Con nuestra pobre luz (por Hugo Gola)
De cuánta inclinación
estamos hechos
de cuántos hilos
decaídos
y sin embargo
somos
otra sustancia
una piedra
quizás
o una legumbre
un alambre sonoro
pero no un hueco
Quiero abrazar
lentamente
el aire
palparlo
reconocer
su agudo crecimiento
quiero beber
la espuma
toda la espuma de los soles
y la tempestad
y todo ese viento
azul
que asume la mañana
y tocar mis piernas
recorrer su lento límite
pero sabiéndolas
simples
y útiles
e inacabables
como cualquier estrella
o mucho más
Estamos tan ciegos
estamos hechos
con una inclinación
y una plegaria
y sin embargo
somos tan enhiestos
como la hierba
tan hondos
como el agua
la piedra
o el canto del océano
que nunca acaba
ni declina
Estallamos de pronto
y sin saberlo
cuando la tarde
doblega su rostro
y temblamos
como si el sol muriera
para siempre
como si acabara
detrás de esa cortina
liviana
que teje el horizonte
Somos más que la hierba
y la plegaria
unidas
somos más que el cielo
infinitamente vacío
y desgarrado
y sin embargo
tenemos siempre el llanto
atado aquí
mientras las aves
renuevan su susurro
y los amaneceres
arrastran otra música
La tierra
no ganó lo que pensaba
se hizo más triste
con nuestra pobre luz
y comenzó a inclinarse
más allá de la pregunta
y a destilar
las últimas gotas
del sueño
a triturar los goces supremos
del aire
y la estación
Mas no alcanzó a saber
por qué la muerte
y el silencio
doblan la felpa tierna
de nuestras rodillas
No es el momento aún
Todo vendrá
sin embargo
con las nuevas legumbres
con los vinos sabrosos
de un verano
sin término
Todo vendrá
cuando los músculos
ensanchen el área de su luz
y las voces alcancen
la nueva esfera
que ya planea
detrás del horizonte
más allá de las estrellas
y de los surcos sangrantes
de estos días
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2 comentarios:
Es más fácil atacar ideas ajenas que defender ideas propias.
Si entre burros te ves, rebuzna alguna vez.
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