Y me puse en el centro para hacerlo a mi manera.
Pero yo era un gran vacío;
mi vida flotaba sobre la haz del abismo.
Y vi que yo era noche y que era noche para otros.
Y dije yo: “Haya luz”. Pero no se apartó la oscuridad.
Ni amaneció el día primero. Y sin pertrechos
–en medio de la nada– vi que mi caducidad era eterna.
3 comentarios:
En filosofía es un enunciado lógico y metafísico que consiste en reconocer la imposibilidad de que una cosa sea y no sea al mismo tiempo.
Me ha encantado la composición de este poeta.
Saludos.
Si no me lo hubieras dado
no me quejara de ti,
pero una vez dado sí
por habérmelo quitado.
En las manos honran más los callos que los anillos.
(proverbio estonio)
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