sábado, 5 de septiembre de 2015
No queda nada más ya que la escena (por Joan Margarit)
El escenario está junto a la playa
y frente a las terrazas de los bares.
El brillo de la luna va creciendo
como si fuese parte de la fiesta.
Salen unas siluetas: de repente,
nos golpea la música, una voz nos seduce
con la vulgaridad de la inocencia
y con sus rimas fáciles.
Los músicos, el mar, la playa, las terrazas,
todo está en el estuche de la noche
y, encima, la etiqueta de la luna.
Los bares han cerrado, y bajo el firmamento
no queda nada más ya que la escena,
hecha de viejas tablas,
y el nítido rumor de desesperación
que repiten las olas en la noche.
El mar reluce dentro de la sombra
como un caballo dentro de su establo.
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7 comentarios:
Ninguna historia queda definitivamente cerrada jamás; las novelas acabadas son susceptibles de secuela; de una ruptura parten dos mitades y ambas son el comienzo de otra aventura. Después de los duelos más amargos, cuando la pena se apodera de las almas y parece que no va a lucir el sol ya nunca más como lo hacía en vida del que falta..., el tiempo dulcifica lo dañino y hay hombre o mujer por restaurar. Y todo, todo, todo, por duro y por aciago que resulte, no es bastante para hurtarnos la sonrisa, el amor, los versos de Neruda.
Fidelidad no es guardar las cenizas, sino mantener encendida la llama.
La lluvia nunca se queda en el cielo.
(proverbio finés)
Las capacidades intelectuales son como las manos. No importa lo grandes que sean, sino el uso que se les dé.
Todo necio confunde valor y precio.
(MACHADO)
El buen escritor nunca sabe si sabe escribir.
(GÓMEZ DE LA SERNA)
¿Qué sería de nosotros sin la ayuda de lo que no existe?
(VALÉRY)
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