jueves, 24 de septiembre de 2015
Página en construcción (por Luis Bagué)
Perdimos otra vez el equipaje.
Las maletas aprenden
a viajar sin nosotros, a buscarnos
nombres y domicilios.
El paisaje no envidia la verticalidad
ni justifica el vuelo,
la ráfaga incesante
de nubes de mosquitos
cuya danza se enciende
con los cambios de luz.
La simetría
distribuye el desorden
proporcional de calles y mercados,
bicicletas y templos y jardines
y un largo polisíndeton que en vano
trata de coordinar
la insubordinación de la mirada.
El espacio horizontal se extiende,
crece,
se dilata en la anchura del tiempo
donde la lentitud
avanza a 20 megas por segundo
entre los cables del tendido eléctrico,
las latas oxidadas y los puestos
que ofertan
el monzón de la vida en las ventanas.
Las líneas no se cruzan. Nada
es perpendicular. El cielo finge
que este suelo ya no le pertenece
—página en construcción, disculpen
las molestias—.
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9 comentarios:
Vivir virtualmente es grandioso. Internet hace que vivamos en el aire inmaterial de los blogs, foros, chats y webs. La gente se olvida de su fisicidad, ese soporte material con forma de cuerpo que come, bebe, suda, orina... ¿Para qué el cuerpo? ¿Quién necesita cuerpo? Y lo mismo con la identidad. ¿Para qué un nombre, unos apellidos... si basta con un nick, un apodo para que te identifiquen en las redes? Ya leemos, oímos y vemos todo lo necesario en pantalla. La materialidad corpórea es un mero soporte, un instrumento o servidumbre para la verdadera y extrafísica vida virtual y virtuosa que es la única que importa.
Vale pero, como diría Woody Allen, la realidad sigue siendo el único sitio donde puedes tomar huevos fritos con chorizo. En pantalla los verás pero no los catarás ( ni engullirás ).
La muerte es una fiesta de la objetividad.
(FERNÁNDEZ MALLO)
Es mucho más fácil rebatir opiniones ajenas que argumentar las propias.
(BALMES)
De la historia universal puede decirse cualquier cosa, salvo que sea racional.
(DOSTOIEVSKI)
Libro de Historia.
No hay una sola página
limpia de sangre.
(RAFAEL BALDAYA)
El ladrón piensa en el robo,
el asesino en la muerte,
el preso en libertad
y yo, morena, en quererte.
El preso en LA libertad...
Si tuviera los mantos bordados del cielo,
tejidos del oro y la plata de la luz.
Los mantos azules, oscuros y negros del cielo
De la noche, de la luz y la media luz
desplegaría los mantos bajo tus pies
pero siendo pobre no tengo más que mis sueños,
he desplegado mis sueños bajo tus pies
pisa suavemente… porque pisas mis sueños.
(W.B.YEATS)
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