una ética absoluta, fresco y antiguo.
Cuántas cosas desde el mundo lo ocupaban,
pesadas. Puertas, caminos,
y montañas de polvo que reclamaban
un orden para un significado.
Pero el violín circuló
y todas las desesperaciones lo seguían
en círculos, como perros que no alcanzan
el tema central, la intensidad secreta,
el solo de Mozart en su cielo obligado.
3 comentarios:
Desconfía de las ideas que caben en una pancarta.
Qué suerte: un bar
o salón de lectura
en cada esquina.
(RAFAEL BALDAYA)
Nunca permití que la escuela interfiriese en mi educación.
(TWAIN)
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