Es cierto que este mundo en que nos falta el aire
sólo inspira en nosotros un asco manifiesto,
un deseo de huir sin esperar ya nada,
y no leemos más los títulos del periódico.
Queremos regresar a la antigua morada
donde el ala de un ángel recubría a nuestros padres,
queremos recobrar esa moral extraña
que hasta el último instante santifica la vida.
Queremos algo como una fidelidad,
como una imbricación de dulces dependencias,
algo que sobrepase la vida y la contenga;
no podemos vivir ya sin la eternidad.
3 comentarios:
Nuestro reino no es de este mundo. Aquí sólo estamos de paso, de tránsito y de visita.
A la sombra de un molino
me puse a considerar
las vueltas que da la vida
y las que tiene que dar.
Inútil es la rabia que no se organiza.
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