desde dentro de un armario
cerrados los ojos
escuchaba la risa de mi madre
el viento en la chimenea
el eco de un martillo
un dedal rodando bajo la cama
el crujir de la madera bajo mis muslos
palabras que se perdían
y me buscaban
los sonidos, cualquiera
siempre encontraron un lugar donde vivir
a mi lado
ahora no sé qué fue del silencio,
si alguna vez lo hubo
3 comentarios:
holahola, este poema no se titula "los sonidos", se titula "buscando cierta oscuridad". gracias.
Voces que se fueron siguen y seguirán ahí oído adentro. Su intensidad su tono su timbre. Voces que se fueron martilleándome.
Gracias, Isabel, ya lo hemos corregido. Un honor para nosotros que te pases por aquí.
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