Incluso cuando no tienes miedo de estar embarazada,
es hermoso cuando te viene, encantadoramente sexual,
a lo largo de ese cuello radiante
y de los labios, su primer pliegue,
y a veces, en los últimos pasos por el baño,
dejas una estela deslumbrante, los pétalos
que la niña de las ores esparce detrás de la novia. Y después sus colores,
a veces un rojo casi dorado,
o un bermellón oscuro, la gota que salta
y se abre lentamente en el agua,
una galaxia de jalea,
el violeta–oscuro, el agua ondulante, apacible
como un lago en la luna, nada de esto
hiere, incluso la pequeña mancha
en las medias negras con brillo carmesí
oscilando en la delgada cuerda ojea
hacia la izquierda y la derecha en esa luminosa pista,
inocente tapa de inodoro,
la mancha no puede morir. Va a haber un huevo ahí,
en algún lugar, en cualquier minuto, alado con montones
de banderas asimétricas de plasma, una célula que
de cerca es un planeta inmenso, de puntos y acuoso
pero que no es nadie todavía. A veces,
cuando miro este delicado espectáculo,
es como si viera nevar, o estrellas fugaces,
y pienso en los hombres, qué les parecerá a ellos
cuando vemos la sangre caer lentamente de nuestro sexo,
como si la tierra suspirara, leve
y nosotras pudiéramos sentirla, y verla,
como si la vida gimiera un poco, asombrada,
y nosotras mismas fuéramos esa vida.
4 comentarios:
No sé cómo siente y se siente un murciélago, y tampoco sé ni voy a saber nunca cómo es (DESDE DENTRO) menstruar. Y todo por el hecho anecdótico/cromosómico (rayano en el ridículo) de que mis órganos sexuales son masculinos.
Toma del frasco, Carrasco, que así de limitadito es cada individuo individual, cada bicho viviente, cada cadaúno.
Piso el pasado.
Me gusta cómo crujen
las hojas secas.
(CUQUI COVALEDA)
Todo lo que es valioso en mí, sin excepción, viene de fuera de mí, no como un don, sino como un préstamo que debe ser renovado sin pausa.
(SIMONE WEIL)
HELICÓPTERO de la muerte zumba y zumba dejándonos el cráneo y el esqueleto temblorosos.
¿Cómo olvidar el tableteo de aquellas metralletas tartamudas arrasando con furia a los francotiradores apostados en las azoteas y los tejados de esos edificios cercanos a La Moneda?
Memoria, basural de imágenes, ¿para qué embellecerte escribiendo versos en el aire?
(LLANOS MELUSSA)
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