en las que el incesante devenir
fondea; remansos que detienen
el curso natural
de las horas. Son como remolinos
que absorben la energía;
y la materia, libre,
recupera su ingravidez; y el aire,
cristalizado, inmoviliza
toda acción.
Y es que, a veces,
el tiempo también pierde
su tiempo. Después sigue
fluyendo, ajeno siempre
a nuestra condición. Pero nos deja
la desazón de este pequeño lapso
en que fuimos eternos.
3 comentarios:
El tiempo pasa.
La eternidad, en cambio,
siempre está quieta.
La mayoría de las gentes son distintas de ellas mismas. Piensan con las ideas de los otros; su vida es una parodia y sus pasiones, remembranzas.
(OSCAR WILDE)
Diviértete, corazón,
no te des a la vejez,
mira que la juventud
no ha de volver otra vez.
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