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sábado, 28 de abril de 2018

La calle del mundo (por Lawrence Ferlinghetti)


La calle larga
que es la calle del mundo
pasa alrededor del mundo
está llena de gentes de todo el mundo
para no mencionar todas las voces
de toda la gente
que alguna vez existió
Amantes y llorones
vírgenes y dormilones
vendedores de fideos
hombres sandwich
lecheros y oradores
banqueros sin carácter
frágiles amas de casa
enfundadas en nailon
desiertos de publicistas
manadas de potranquitas
saliendo del secundario
multitudes de universitarios
hablando hablando hablando
caminando sin rumbo
o colgándose de las ventanas
prestando atención
a lo que sucede en el mundo
donde todo sucede
tarde o temprano
Y la calle larga
que es la calle más larga
de todo el mundo
pero no tan larga
como parece
pasa de largo
a través de todas las ciudades
y de todos los paisajes
baja todos los callejones
sube todos los boulevares
atraviesa todos los cruces de caminos
cruza luces rojas y luces verdes
ciudades bajo el sol
continentes bajo la lluvia
hambrientos Honkones
las tierras yermas de Tuscaloosa
los Oaklanes del alma
los Dublines
de la imaginación
Y la calle larga rueda y rueda
es un enorme tren a vapor
traqueteando alrededor del mundo
con sus pasajeros llorando a gritos
y bebés y canastas de comida
y perros y gatos
y todos ellos imaginando
quién es el que estará en la cabina
conduciendo el tren
si alguno
el tren que circula alrededor del mundo
como un mundo en movimiento
todos ellos pensando
simplemente qué sucede
si algo
algunos sacan medio cuerpo
por las ventanillas
miran hacia adelante
intentan ver al conductor
en la cabina
de un solo ojo
tratan de verlo
vislumbrar su rostro
cuando giran en una curva
pero nunca lo lograrán
a pesar de que en ocasiones
da la impresión
de que lo verán
La calle se sacude
el tren sigue rodando
con sus ventanas alzándose
sus ventanas las ventanas
de todos los edificios
en todas las calles del mundo
rodando
a través de la luz del mundo
a través de la noche del mundo
con faroles en los pasos a nivel
perdidas luces centelleantes
multitudes en los carnavales
circos nocturnos
prostíbulos y parlamentos
fuentes olvidadas
puertas de sótanos
puertas no halladas
perfiles a la luz de los faroles
danzantes ídolos pálidos
mientras el mundo se estremece
Pero ahora el tren llega
al tramo solitario de la calle
la parte de la calle
que circunvala los lugares
solitarios del mundo
Y este no es el lugar
donde cambiarás de tren
abordando el Expreso
a las playas de Brighton
Este no es el lugar
donde se pueda hacer algo
Esta es la parte del mundo
donde no se puede hacer nada
donde nadie hace nada
nada en absoluto
Donde nadie está en ningún lugar
ninguno en ningún lado
excepto tú mismo
Ni un espejo
para duplicar tu soledad
Ni un alma
sólo la que te pertenece
tal vez
e incluso quizás
ésa no esté allí
tal vez
no te pertenece
tal vez
porque estás
lo que se dice muerto
has llegado a tu destino
Desciende


5 comentarios:

Agridulce dijo...

¿Quién movía, quién conducía aquel horrible tren?, decía Dámaso Alonso en Mujer con alcuza.

Pablo M dijo...

quién conducía,
quién movía aquel horrible tren.
Y no le ha contestado nadie,
porque estaba sola,
porque estaba sola.
Y ha seguido días y días,
loca, frenética,
en el enorme tren vacío,
donde no va nadie,
que no conduce nadie.

Anónimo dijo...

Por el bulevar de los sueños rotos... (Broken Dreams Boulevard)

hAiKu dijo...

Ya las glicinas
despuntan en el Banco
Hipotecario.

(MUNÁRRIZ)

caZa de citas dijo...


Un libro puede esperar mil años a que lo descubra el lector adecuado. Los libros no tienen prisa.

(GEORGE STEINER)