Roce del tiempo con el tiempo,
roce de una mirada con su objeto
o con otra mirada,
roces de los cuerpos que vagan
como extrapolaciones del vacío,
roce de un pensamiento con otro
o con su propia sombra.
Los roces constituyen la vida
y quizá la calientan levemente
ante el invierno sin roces de la muerte.
La unión y el encuentro
son blancos demasiado netos
y el frío los abate
como a troncos fácilmente localizables.
Vivir parece sólo un roce con el ser.
Pero tal vez sea posible
detenerse en un roce,
como una canción en una rama,
para saludar al sol o a los pájaros.
5 comentarios:
Quizá sólo rozamos la vida. Así, de refilón, tangencialmente la vivimos. Sin palparla del todo, sin meternos de lleno dentro de la vida.
No juegues con las profundidades de los otros.
Todo hombre debe rezar:
el que se embarca, una vez;
el que va a la guerra, dos;
y el que va a casarse, tres.
Por la calle pasa el muerto
Me mandan a despertar al abuelo
Nicola Urósevich Suchu
Ha muerto le digo Fulano de tal
El abuelo abre un ojo
y murmura siempre lo mismo
¿Qué le pasó?
hasta ahora nunca
había hecho estas cosas
Se vuelve hacia el otro lado
y continúa la siesta
(VASKO POPA)
El río le llega a la cintura al mar.
(MIGUEL HERNÁNDEZ)
Publicar un comentario