solía venir a nuestra casa
cada mañana, nunca decía nada;
después supe por los vecinos
que una vez intentó cortarse el cuello.
Lo encontré al final del sendero
sentado sobre un árbol caído
limpiando su arma.
No había viento;
a nuestro alrededor las hojas crujían.
Me dijo:
mato porque debo hacerlo
pero cada vez que apunto, siento
que mi piel se torna pelaje
mi cabeza se carga con astas
y durante el estirado instante
en que la bala planea en su hilo de velocidad
mi alma corre inocente como cascos.
¿Es justo Dios con sus criaturas?
Muero más a menudo que muchos.
Miró hacia arriba y vi
la blanca cicatriz trazada por el cuchillo de caza
alrededor de su cuello.
Cuando desperté
me acordé: él se había ido
hacía veinte años y no se sabía nada más.
3 comentarios:
Son las penas más mortales
las que se lloran por dentro
y las lagrimas no salen.
¿Pero no son
todos los hechos
sueños
tan pronto como los
hemos superado?
(EMILY DICKINSON)
No son sueños los hechos superados; son bagaje de experiencia, y no importa cómo hayan sido los hechos.Los hechos no se superan,los vemos en nuestros actos, en nuestras palabras, cada día.Son una suma, no una resta.Tienen entidad, peso, forma, y hasta color que no será "según el cristal con que lo miras"
Emily ha formulado una pregunta poética.
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