Las colinas saltan hacia la blancura.
Gente o estrellas
me observan con tristeza, las decepciono.
El tren deja un trazo de aliento.
Oh lento
caballo del color de la herrumbre,
pezuñas, dolorosas campanas —
toda la mañana la
mañana ha estado ennegreciéndose,
una flor dejó de estar.
Mis huesos se serenan, los lejanos
campos ablandan mi corazón.
Amenazan
con llevarme a un cielo
sin estrellas ni padre, un agua oscura.
1 comentario:
Desde el tren tantos paisajes que no son el nuestro; tantos caminos que no andaremos nunca; tantas casitas rodeadas de árboles en donde quizá habríamos sido felices...
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