Dime que sí, que sí, como me dices
que no con la tristeza arrinconada
cuando ya el beso se convierte en nada
en los mártires labios aprendices.
Tú, mi instantaneidad, mi únicamente,
la lluvia que vino a vivir conmigo,
trigo es mi voz cuando te nombra, trigo,
puente es mi cuerpo al abrazarte, puente.
Tú, mi diaria eternidad primera,
la noche que se junta con el día
cuando cruje en la carne la alegría
y a la puerta del cuarto el mar espera,
y el espejo es un agua tiritando,
y el agua sube lentamente un monte
donde tu cuerpo llena el horizonte
y veo lo mismo en lo que estoy soñando.
4 comentarios:
La felicidad suele andar de puntillas, pero a veces da un taconazo.
Santa María Della Vita
la espera es lo pleno
de la ausencia
un terror
de ver al fin
eso que siempre
antes
o tal vez asidua
esta amatoria a cuestas
el madrimiento
que me alimenta el alma
el nido las hechuras
esa casa por años
en mi canción alguna
su tanta prueba
su casi toda prueba
de infortunio y pasmo
gira en torno al invierno
alguna urgencia
no se calma con nunca
En Cantar la nada, 2011.
María Negroni
Hola a todos. En la poesía que subí antes, olvidé colocar mi nombre. Pido disculpas. Desconocía este poema de María Negroni, poetisa que admiro. Me atrajo el título que inmediatamente me trasladó a un recorrido lejano por la Chiesa Santa María della Vita, de Bologna, en tiempos en que yo vivía en Italia. Cuando la leí, me sedujeron las sensaciones que el imponente edificio produjo en la autora. Entonces decidí compartirla con Zumo de poesía, blog con el que comencé a gratificarme hace un tiempo.
Estupendo, Marta. Como ves, aquí todo el mundo puede participar y aportar lo que crea valioso. Un abrazo.
Publicar un comentario