domingo, 1 de agosto de 2010
Qué va a quedar de mí (por José Emilio Pacheco)
¿Qué va a quedar de mí cuando me muera
sino esta llave ilesa de agonía,
estas pocas palabras con que el día,
dejó cenizas de su sombra fiera?
¿Qué va a quedar de mí cuando me hiera
esa daga final? Acaso mía
será la noche fúnebre y vacía
que vuelva a ser de pronto primavera.
No quedará el trabajo, ni la pena
de creer y de amar. El tiempo abierto,
semejante a los mares y al desierto,
ha de borrar de la confusa arena
todo lo que me salva o encadena.
Más si alguien vive yo estaré despierto.
sino esta llave ilesa de agonía,
estas pocas palabras con que el día,
dejó cenizas de su sombra fiera?
¿Qué va a quedar de mí cuando me hiera
esa daga final? Acaso mía
será la noche fúnebre y vacía
que vuelva a ser de pronto primavera.
No quedará el trabajo, ni la pena
de creer y de amar. El tiempo abierto,
semejante a los mares y al desierto,
ha de borrar de la confusa arena
todo lo que me salva o encadena.
Más si alguien vive yo estaré despierto.
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10 comentarios:
Bastante nos ayuda quien no nos estorba.
Entre la chanza y la risa, le meto la longaniza.
Todo el que labra con burras
y pa comer tiene un bollo,
se muere y se va la gloria:
que aquí pasó el purgatorio.
El triunfador tiene muchos amigos, pero el derrotado tiene buenos amigos.
(proverbio mongol)
Al médico y al letrado no les lleves engañados.
Cuanto menos piensan los hombres, más hablan.
(MONTESQUIEU)
¿Dónde, en estos ribazos
de vida interminable,
se ha quedado la vida?
(GARCÍA LÓPEZ)
Cuando se entra en Cádiz
por la bahía,
se entra en el paraíso
de la alegría.
Suficiente es mejor que demasiado.
Llegará el día en que, mediante un estudio de varios siglos, las cosas que actualmente están ocultas aparecerán con toda claridad, y la posteridad se asombrará de que se nos hayan escapado verdades tan manifiestas.
(SÉNECA)
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