sábado, 12 de marzo de 2011
Y me quedé pensando tantas cosas (por Nicanor Parra)
Una vez en un parque de Nueva York
una paloma vino a morir a mis pies
agonizó durante algunos segundos
y murió
pero lo que nadie me va a creer
es que resucitó de inmediato
sin darme tiempo para reaccionar
y emprendió el vuelo
como si nunca hubiera estado muerta
y yo me quedé mirándola zigzaguear
entre los edificios de departamentos
y me quedé pensando tantas cosas
era un día de otoño
pero que parecía primavera
una paloma vino a morir a mis pies
agonizó durante algunos segundos
y murió
pero lo que nadie me va a creer
es que resucitó de inmediato
sin darme tiempo para reaccionar
y emprendió el vuelo
como si nunca hubiera estado muerta
y yo me quedé mirándola zigzaguear
entre los edificios de departamentos
y me quedé pensando tantas cosas
era un día de otoño
pero que parecía primavera
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8 comentarios:
Aquí, don Nicanor,
toca un solo de tambor.
"Sin darme tiempo para reaccionar"
es cosa bien singular".
Y tras el ripio digo
que prefiero la Violeta
que plantó el padre de don Nico
(quedaría bien decir "en una
bella maceta").
No sigo.
Vaya jeta
la mía,
amigos.
PD.- Los horrorosos también tenemos derecho a salir en los papeles, que esto dicen que es una democracia.
A "singular" pegáronsele dos moscas en la oreja derecha. Fumígueselas de mi parte. Gracias.
Bien, mi cántabro amigo, en realidad yo también me emociono más con Violeta, porque sus textos además vienen con música. ¿Y cómo no emocionarse oyendo cantar "Gracias a la vida"?
Y bueno, F, debo decirte que
Tus ripios son muy ripiosos
pero a la vez son graciosos.
(Ni querido, ni pensado,
me ha salido un pareado.
Ni pensado, ni querido,
un pareado me ha salido.)
JA-JA-JA
Yo soy dos y estoy en cada uno de los dos al mismo tiempo.
(AGUSTÍN DE HIPONA)
Tienes corazón de acero
que no se ablanda por ná,
y yo lo tengo de cera.
Mira qué contrariedad.
Más bien lo tengo de nardo
de musulmán andaluz,
aunque mis genes lombardos
tiran paonde dices tú.
Desde el espacio
la Tierra, ese azul
valle de lágrimas.
(CUQUI COVALEDA)
Tu calle ya no es tu calle,
que es una calle cualquiera
camino de cualquier parte.
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