lunes, 25 de abril de 2011
Hay algo en el silencio (por Agustín Fernández Mallo)
Es difícil entender qué valor se adensa en un beso cuando es todos los besos y al mismo tiempo la única cifra, qué peso específico comprime pero revalida cierta fe, por decir algo, en tu línea de universo cuando un hombre y una mujer toman la decisión de circunvalar una ciudad en silencio. Hay algo en el silencio que llama al frío; no así al calor, que agita sin romper la barrera del sonido y amplifica las palabras, sobre todo cuando se unen los cuerpos de quienes se aman. Después te quedabas muda todas las noches durante horas mirándome. Qué clase de muerto o frío era yo ya entonces, te digo. Quiero pensar que no veías en mí este final de zapatos helados, de barcos detenidos que vimos al llegar a la línea de costa, de bobinas interminables de fibra óptica ciega aún o durmiendo. Pero tampoco veías ese big bang que, lo dicen los cosmólogos, era espuma cuántica, caos de masas solitarias cegadas por la utopía de un futuro universo perfecto (Después se desvió para dar lugar a la Tierra, al cero cósmico, al hombre y su residuo de amor).
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
Pero qué mal,
homo sapiens: Qué mal
te lo has montado.
(RAFAEL BALDAYA)
Hombre perezoso, por no dar un paso al final da ocho.
Sobre las lápidas
-musgos, insectos, pájaros-
crece la vida.
(CUQUI COVALEDA)
El río vuelve a su cauce,
la golondrina a su nido,
pero al corazón no vuelve
la ilusión que se ha perdido
Publicar un comentario