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domingo, 18 de marzo de 2012

En la nada (por María Zambrano)

Bajo la flor, la rama;
sobre la flor, la estrella;
bajo la estrella, el viento.
¿Y más allá?
Más allá, ¿no recuerdas?, sólo la nada.
La nada, óyelo bien, mi alma:
duérmete, aduérmete en la nada.
(Si pudiera, pero hundirme... )
Ceniza de aquel fuego, oquedad,
agua espesa y amarga:
el llanto hecho sudor;
la sangre que, en su huida, se lleva la palabra.
Y la carga vacía de un corazón sin marcha.
¿De verdad es que no hay nada? Hay la nada.
Y que no lo recuerdes. (Era tu gloria.)
Más allá del recuerdo, en el olvido, escucha
en el soplo de tu aliento.
Mira en tu pupila misma dentro,
en ese fuego que te abrasa, luz y agua.
Mas no puedo.
Ojos y oídos son ventanas.
Perdido entre mí mismo, no puedo buscar nada;
no llego hasta la nada.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

La nada es como el infinito. De hecho, la nada es infinita. Son cosas que nunca entenderemos y las que jamás vamos a llegar porque no nos caben en la cabeza.

Anónimo dijo...

La nada es como el infinito. De hecho, la nada es infinita. Son cosas que nunca entenderemos y las que jamás vamos a llegar porque no nos caben en la cabeza.

VS dijo...

La prueba de que no entendemos la Nada es que le damos un nombre. Si comprendiéramos, no la llamaríamos de ninguna manera. La Nada está vacía de todo, así que también tiene que estar ausente de nombre.

Oselito Sargadelos dijo...

Estimados apañeros, esto de la emisión en "bucle" de los comentarios es más demoledor para la salud bloguera que si tocara Josué una dulzaina marazuélica al pie de las murallas de Jericó. Me recuerda a ciertos programas de la tele del franquismo, que simulaban ser en directo pero que diferían su salida al éter varios segundos, por si algún rojazo del público gritaba algo inconveniente, de modo que se pudiese neutralizar el sabotaje. La sola idea de que los mandaos de la gente son examinados como potencial material sospechoso quitan buena parte de la gana de escribir. Y si encima alguien -dios no lo permita- osara darle vía muerta a alguno de ellos, simplemente por no herir susceptibilidades majaderas, entonces -digo- apaga y vamos. Es un suponer muy improbable, lo sé... Pero ¿qué sé yo, apañeros?
Y, osá, ¿esto es como un rollo de poesía, no? Pues eso.
Del mismo modo que a los cabestros no se les deben embolar los cuernos porque, en ocasión aciaga, uno de ellos golpeara con la pala de la embotada cuerna el tenderete de la sucursal lotera que tenía en Navaconcejo la acreditada doña Manolita -con sede central en la Puerta del Sol matritense-, que bastante desgracia tienen los capones como para que encima les calumnien como peligrosos, siendo como son los rumiantes más pacíficos que puedan posar las pezuñas en las vías, rúas y costanillas de la patria hispana, por razones parecidas -digo- no se puede extremar la cautela, que esa sí que puede castrar. Y esa capa también es jodida de llevar, os lo prometo(sic), tíos.
Como esas cauciones -las blogueras y las cabestrales- lo que se consigue es amansar en demasía a los ya mansos por naturaleza... Y el espectáculo que se iba a dar se asemejaría más a los forcados portugueses, con los toros afeitados hasta medio cuerno, que a nuestra fiesta nacional por antonomasia. Díganme vuesas mercedes si desde que Damocles para en este limonar hubo ocasión de que abatiese el acero. Pues venir por venir...
Fue por utede. ¿Zu me vay a dejá zolo?

La peña el blog dijo...

Oselito: con el peazo culturón y la prodigiosa inventiva con que dotóle Natura, el personal se pregunta -tan soliviantado como expectante- ¿cuándo nos dejará la peña del Café Voltaire leer algún escrito, página web, blog, texto o textículo escrito por dicha peña, para gozo de nuestro espíritu y deleite de nuestra mente?

HAIKU DE BENEDETTI dijo...


Un premio póstumo.
No se le mueve un pelo
al laureado.

hAiKu dijo...


Objeto frío,
y lívido, y rígido,
después seremos.

(RAFAEL BALDAYA)

ORáKULO dijo...

El verdadero aforismo es una caricia a la inteligencia.