domingo, 12 de agosto de 2012
Ese día (por Slavko Mihalic)
Ese día no dudarás por cuál de las puertas del
tranvía entrar. No ojearás las caras de los paseantes,
ese alegre libro, ni siquiera advertirás que bajaste.
Sólo constatarás que los periódicos
ya están en el bolsillo, que el paraguas está levantado y que
estás solo parado en la plaza. Ese día cuando el sol sea
igualmente gris que todo lo demás; ningún pensamiento loco
se te ocurre frente a la entrada del banco; sólo deja a un lado la cafetería porque
no quieres beber nada. Sin ninguna intención paras a la mujer
más habladora, la que te mira con burla y no dice
ni una palabra. Ese día cuando no percibes
al vendedor callejero de lotería. No entras ni a la librería
ni a la pescadería, ni en una vitrina miras
a qué te pareces ahora. Cuando a ninguna pasajera
la imaginas en la cama. Cruzas la calle
para no encontrarte con un amigo o sólo pasas
a través de él sin ninguna consecuencia para los dos.
Giras la cabeza para no ver la puerta de tu oficina
y no sientes remordimiento. No te paras para escuchar
al hombre que toca la flauta, ni a ese que grita,
sino que vas a la parte de la ciudad donde no hay ni altavoces
ni sirenas, sólo que por todos lados se levantan monumentos
con nombres descamados. Ese día cuando no deseas
regresar sino que te hundes profundamente en el silencio. Cuando
allí te disipas totalmente y ya nadie trata de
encontrarte.
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3 comentarios:
Te tengo comparadita
con un librito cerrao,
que cuando lo abro y lo leo
veo lo mucho que hay guardao.
La ventaja de tener mala memoria es que se disfruta muchas veces con las mismas cosas.
(NIETZSCHE)
Después de nudista se es huesista.
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