jueves, 30 de agosto de 2012
Señales de lo inmenso (por Miguel Gaya)
Lo que trae el mar
parece estar
todo acabado,
todo roto,
irreconocible
o que da cuentas
de un mundo a pedazos,
molido por una fuerza
insensata.
Si acaso hay suerte
vendrá entre despojos
un caracol
o alguna otra cosa de inexplicable belleza
abandonados por capricho
entre algas oscuras
y mejillones.
Puede estar a la vuelta de la esquina
o habitar nuestros sueños.
Pero sus señales de lo inmenso llegan a nosotros
en un lenguaje
sin traducción.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
10 comentarios:
Manos que no dais, ¿qué es lo que esperáis?
De los cuarenta p´ arriba, no te mojes la barriga.
Como antes era rico
y ahora soy pobre,
aunque el rostro me miras
no me conoces.
No extraño esto,
pues sé que la pobreza
muda de aspecto.
Ninguna cadena es más fuerte que el más débil de sus eslabones.
Perdóname por haberte perdonado.
(Sofisma de VICENTE NÚÑEZ)
Amantes y cazadores, por un placer mil dolores.
(proverbio italiano)
El que anda con cojos, enseguida renquea.
El más feliz es quien tiene una profesión que coincide con su afición.
(SHAW)
Gallina que no come, huevo que no pone.
Tres pasiones, simples pero irresistiblemente fuertes, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda de conocimiento, y una insoportable piedad por el sufrimiento de la humanidad.
(RUSSELL)
Publicar un comentario