domingo, 28 de octubre de 2012
Hazte el favor (por Saiz de Marco)
Todo lo que no quise, siendo querible…
Todo lo que no disfruté, siendo disfrutable…
Todo lo que, siendo entrañable, no sentí entraña adentro…
Todo lo que, siendo sonreíble, no me hizo sonreír…
…vino a pedirme cuentas esta noche.
Y yo:
-Perdonad, no me fijaba. Anduve despistado.
Ya me veis
volcado en el agobio de los días,
perdido en mis tristezas. Disculpadme.
Y ellos:
-Vale, está bien, te perdonamos.
Pero a partir de ahora hazte el favor,
cada vez que te cruces con nosotros,
de prestar atención y no olvidarte
de querer,
de sonreír,
de disfrutar.
Todo lo que no disfruté, siendo disfrutable…
Todo lo que, siendo entrañable, no sentí entraña adentro…
Todo lo que, siendo sonreíble, no me hizo sonreír…
…vino a pedirme cuentas esta noche.
Y yo:
-Perdonad, no me fijaba. Anduve despistado.
Ya me veis
volcado en el agobio de los días,
perdido en mis tristezas. Disculpadme.
Y ellos:
-Vale, está bien, te perdonamos.
Pero a partir de ahora hazte el favor,
cada vez que te cruces con nosotros,
de prestar atención y no olvidarte
de querer,
de sonreír,
de disfrutar.
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3 comentarios:
Gran verdad que las cosas negativas que nos pasan, bien que las sufrimos y las guardamos y registramos en la memoria. En cambio las cosas buenas las vivimos abúlicamente, como si fueran planas, sin apenas celebrarlas ni festejarlas como se merecen. Sólo las valoramos y echamos de menos, eso sí, cuando nos faltan: cuando se han ido y las perdemos definitivamente. Somos injustos con nosotros mismos, o sea, autoinjustos.
Somos el borrador de un texto
que nunca será pasado a limpio.
ROBERTO JUARROZ
Dijo el asno al mulo: -Aparta, orejudo.
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