lunes, 15 de octubre de 2012
Tu voz y tu mano en sueños (por Antonio Machado)
Soñé que tú me llevabas
por una blanca vereda,
en medio del campo verde,
hacia el azul de las sierras,
hacia los montes azules
una mañana serena.
Sentí tu mano en la mía,
tu mano de compañera,
tu voz de niña en mi oído
como una campana nueva,
como una campana virgen
de un alba de primavera.
Eran tu voz y tu mano
en sueños, ¡tan verdaderas!
Vive, esperanza, ¿quién sabe
lo que se traga la tierra?
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10 comentarios:
Descartes decía que ni siquiera podemos estar seguros de lo que materialmente percibimos por los sentidos, porque también durante el sueño vemos cosas que no existen y oímos voces y sonidos irreales, exactamente igual que si los percibiéramos por los sentidos (por los ojos, por los oídos...), de modo que la diferencia entre la realidad y el sueño se difumina y confunde. Claro que Machado lo dice mucho más bonito.
No existe vereda blanca, ni verdes los campos de Castilla: polvo, sudor y hierro, el Cid cabalga.
La blanca mano de niña que en los barrotes se engarfia, barrotes de celosía que te enjaulan en la cama, se hace heridas en la palma, que no quiere que la entierren en la aridez castellana. Llévame contigo, sueñas que te dice trastornada, llévame contigo amor, cuando a Baeza te partas.
Ay, las viejas poesías, qué bien confortan el alma: amor es de Leonor, quién le sostuviera el alma.
The end.
Demasiada alma para un cuerpo tan pequeño, ¿no?
Un hombre entre dos abogados es como un pez entre dos gatos.
(FRANKLIN)
Somos del tamaño del amor que nos tienen.
A quienes no pueden gozarla, pésales que haya hermosura.
(LOPE)
Anduve tanto
con vosotros, zapatos,
... y ahora yo os tiro.
(RAFAEL BALDAYA)
Los vicios vienen como pasajeros, nos visitan como huéspedes y se quedan como amos.
(CONFUCIO)
El tiempo y la marea, ni se paran ni se esperan.
La filosofía de Locke es falsa: dice que debemos nuestro conocimiento a los sentidos. No: yo creo que además de los sentidos uno siente que hay otro, que hay otra cosa. Y uno siente sobre todo, hostilidad, indiferencia, amor, amistad, adversidad... Esas cosas se sienten más allá de los sentidos.
(BORGES)
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