jueves, 8 de agosto de 2013
Como obsequios (por José Luis Piquero)
Esta noche los cuatro
nos damos libremente, como obsequios.
Ya no somos parejas y formamos
un círculo perfecto.
Un placer sin palabras,
algo así como un juego de calor,
mas con las mismas mañas
del amor entre dos.
Y el latido de manos y de bocas
con su idioma de sed:
en cada piel absorta que se posan
tocan un corazón bajo la piel.
Sobre este cuarto ha descendido el mundo,
la luz intacta de la vida breve
envolviéndonos juntos
mientras la noche afuera dura y llueve.
No volveré a estar solo.
Después de haber amado así, la muerte
no me tendrá del todo.
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2 comentarios:
Sé que he perdido tantas cosas que no podría contarlas y que esas perdiciones, ahora, son lo que es mío.
Sé que he perdido el amarillo y el negro y pienso en esos imposibles colores como no piensan los que ven.
Mi padre ha muerto y está siempre a mi lado.
Cuando quiero escandir versos de Swinburne, lo hago, me dicen, con su voz.
Sólo el que ha muerto es nuestro, sólo es nuestro lo que perdimos.
llión fue, pero llión perdura en el hexámetro que la plañe.
Israel fue cuando era una antigua nostalgia.
Todo poema, con el tiempo, es una elegía.
Nuestras son las mujeres que nos dejaron, ya no sujetos a la víspera, que es zozobra, y a las alarmas y terrores de la esperanza.
No hay otros paraísos que los paraísos perdidos.
(BORGES)
Yo soy el único espectador de esta calle;
si dejara de verla se moriría.
(BORGES)
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