Las paredes duelen desde los tapices gobelinos de mi madre.
La niña de pequeño sombrero, la Mujer Pirata, Dirty Jean,
e incluso más desde las fotografías colgadas junto a ellas,
la de la boda de mi hermana, la de la recepción donde el Presidente.
Hoy han colgado mi diploma de un clavo
y se abrirá campo para algunas Medallas de Trabajo, también.
Mañana deberemos pegar el calendario ortodoxo
junto a aquel que supuestamente cuenta un tiempo diferente.
Quienes sea que vengan dejan señales de sí mismos,
fijan pequeños cuadros y ganchos de plástico,
y cuelgan sus sombras alrededor del reloj de pared
en clavos recién martillados.
Tuve que sostener las paredes con mi vida hasta el amanecer
cuando los albañiles vinieron a reconstruirlas de nuevo.
Las paredes se durmieron, yo ya había muerto.
No las despiertes con martillos, ruego no las despierten,
déjenlas desnudas, y yo a solas con ellas, y yo a solas con ellas.
7 comentarios:
Todo en las paredes y entre las cuatro paredes cardinales.
Tiraron mi casa y ahora no existen aquellas paredes, ni siquiera aquel techo.
Nada es para siempre, pero algunas cosas tardan mas en derruirse.
Hay paredes sin embargo que mueren de un disparo en la nuca.
No podemos siquiera confiar en la memoria.
Solo el pasado permanece.
El más rico es aquél cuyos placeres son los más baratos.
Porque Adán comió la manzana, aún nos duelen los dientes.
(proverbio húngaro)
No se puede hacer feliz a nadie en contra de su voluntad.
(VON MISES)
A la larga todo es materia para el arte. Sobre todo la desdicha. La felicidad no, la felicidad ya tiene su fin en sí misma; por eso casi no hay poetas de la felicidad.
(BORGES)
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