Tan pronto como el viejo camarero
puso ante mí la orden, el pescado
se me quedó mirando
con ese ojo plano iridiscente.
y cara de qué lástima me das
comiendo solo en ese restaurante
espantoso, bajo una luz inhóspita
y entre atroces murales de Sicilia.
—También tú me das lástima, arrancado
del mar y ahora ahí tendido muerto
junto a patatas hervidas aquí en Pittsburgh
—le respondí alzando el tenedor.
Así mi cena en la ciudad ajena
de ríos y de puentes encendidos
se roció con limón y vino frío
pero también con compasión y pena
aun ya ido el plato y la cabeza
del pescado mirándome y la bóveda
de sus huesos terriblemente expuestos,
con solo perejil como mortaja.
6 comentarios:
Ojos de pez
en el supermercado
miran y acusan.
(RAFAEL BALDAYA)
El conjunto ha de ser más que la suma de las partes. Si no es así, no es un conjunto.
He aprendido a no intentar convencer a nadie. El afán de convencer es una falta de respeto.
(SARAMAGO)
El verdadero
ropaje de la muerte
es transparente.
(RAFAEL BALDAYA)
El buen carpintero mide muchas veces pero corta sólo una.
(proverbio serbio)
¿dónde estoy yo?
piensa el que se despierta
¿y quién es entonces
«yo»?
(MELINOWSKI)
Publicar un comentario