Sus manos en el espejo
del Steinway continuan
tocando y él ya no está.
Canturrea todavía
como una lechuza en la noche.
Bach ya nunca será igual.
Hoy, en una limousine
con cromados del olvido,
pasa entre bosques nevados
el ataúd de su música.
Un Steinway en la niebla
hoy suena sin su pianista:
la muerte, en el crematorio,
de pie en el césped negruzco,
de frac y con ojos turbios,
escucha las "Suites inglesas".
5 comentarios:
Ropa tendida.
Vidas ajenas cuelgan
de los alambres.
(CUQUI COVALEDA)
Todo lo que no se da, se pierde.
(proverbio indio)
Van las verdades
trufadas de mentiras.
¿Quién las separa?
(RAFAEL BALDAYA)
El afán de convencer a otro es una falta de respeto.
(SARAMAGO)
Vino, sin comer, nunca has de beber.
Publicar un comentario