A ambos lados de las doce,
del punto cero de las sombras,
las sombras equidistantes y enemigas
de la mañana y la tarde,
simétricas como la cosa y su imagen,
distintas y gemelas,
una al poniente del objeto,
otra al oriente,
la una fresca, la otra tocada por la muerte,
dibujan los dos brazos
de una balanza de sombras.
4 comentarios:
Allá a lo lejos
el azul de los montes
no es ya de piedra.
(ANTONIO MORENO)
Noches, noches, la mi madre,
noches son de enamorar,
dando vueltas por la cama,
como el pez lo hace en la mar.
Irme quiero, la mi madre,
por los campos yo me iré,
hierbecicas de los campos
por pan me las comeré,
lagrimicas de mis ojos,
por agua las beberé.
Ven, mocita serrana,
ven y no tardes,
que aquí hay fuentes y sombra
y amor y amante.
Aprended de mí, que nunca voy por ahí dando lecciones a nadie.
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