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jueves, 2 de junio de 2016

Para encender la sombra (por Roberto Juarroz)


Cuando se apaga la última lámpara
no sólo se apaga algo mayor que la luz:
también se enciende la sombra.

Debería haber sin embargo lámparas
que sirvieran exclusivamente
para encender la sombra.
¿No hay acaso miradas para no ver,
vidas nada más que para morir
y amores sólo para el olvido?

Hay por lo menos ciertas tinieblas predilectas
que merecen su propia lámpara de oscuridad.



7 comentarios:

indecible dijo...

Oscuridad para descansar de la luz.

Apago la luz y la oscuridad, paciente y acogedora, maternalmente me recibe.

TóTUM REVOLùTUM dijo...

Se es viejo, más que por exceso de años, por escasez de ilusiones.

ORáKULO dijo...

Todo fin que se fuerza produce su contrario.

Anónimo dijo...

Orákulo, yo lo sabía:

"Todo lo que se fuerza para un fin produce su contrario".

TóTUM REVOLúTUM dijo...


Lo que no se regenera, se degenera.

cajón desastre dijo...


En la conversación basta resistir un cuarto de hora más que el adversario. La tenacidad vence sobre la razón, sobre la ciencia.

(MAUROIS)

Fuego de palabras dijo...

Ahora te recuerdo, quiero decir te quiero
para olvidar la muerte. Apenas si conservo de ti
tu inexistencia: tus ojos esperados como una
carta urgente, como un dolor urgente…
¡Qué hermoso hacerte ser cual eres como entonces!,
como cuando dejabas tu cuerpo libremente
de norte a sur, de oeste a este ¡entera
geografía! y recogía mi olvido tu memoria
y hacía tu aliento cuanto había borrado.
Qué hermoso era el principio y del principio
tú nada más y el mundo era contigo.