Las estaciones cambian y los años pasan
sin ayuda ni vigilancia.
La luna, sin pensarlo,
cumple su ciclo, llena, creciente, y llena.
La luna blanca entra en el corazón del río;
el aire está lleno del perfume de las azaleas;
profundo en la noche, el cono de un pino cae;
nuestra fogata muere en la vacía montaña.
Las estrellas brillantes tiritan entre las trémulas ramas;
el lago es negro, sin fondo en la noche cristalina;
alta en el cielo, la Corona del Norte
es partida en dos por la oscura cumbre de un monte nevado.
Oh corazón, corazón, tan singularmente
intransigente y corruptible,
aquí yacemos extasiados junto al agua iluminada por las estrellas,
y los momentos que debieran durar para siempre
se deslizan inconscientemente por nosotros como el agua.
4 comentarios:
Hay momentos fugaces que duran para siempre. El primer beso que supo a beso; la niña de las trenzas que miraba de frente..., ¿están en ti, noche negra?
Cada segundo
empuja, presuroso,
al anterior.
(RAFAEL BALDAYA)
La erudición no inmuniza a nadie contra la barbarie.
Cuando mil personas creen durante un mes algún cuento inventado, esto es una noticia falsa. Cuando mil millones de personas lo creen durante mil años, es una religión y se nos advierte que no lo llamemos “noticia falsa” para no herir los sentimientos de los fieles (o provocar su ira).
(Y. N. HARARI)
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