zUmO dE pOeSíA

zUmO dE pOeSíA
de todos los colores, de todos los sabores

ALEATORIUM: Saca un poema de nuestro almacén

Ver una entrada al azar

sábado, 15 de julio de 2017

Uno y su cara (por Roque Dalton)



Tengo quince años y lloro por las noches.

Yo sé que ello no es en manera alguna peculiar
y que antes bien hay otras cosas en el mundo
más apropiadas para decíroslas cantando.

Sin embargo hoy he bebido vino por primera vez
y me he quedado desnudo en mis habitaciones para sorber la tarde
hecha minúsculos pedazos
por el reloj.

Pensar a solas duele. No hay nadie a quien golpear. No hay nadie
a quien dejar piadosamente perdonado.
Está uno y su cara. Uno y su cara
de santón farsante.
Surge la cicatriz que nadie ha visto nunca,
el gesto que escondemos todo el día,
el perfil insepulto que nos hará llorar y hundirnos
el día en que lo sepan todo las buenas gentes
y nos retiren el amor y el saludo hasta los pájaros.

Tengo quince años de cansarme
y lloro por las noches para fingir que vivo.
En ocasiones, cansado de las lágrimas,
hasta sueño que vivo.

Puede ser que vosotros no entendáis lo que son estas cosas.

Os habla, más que yo, mi primer vino mientras la piel que
sufro bebe sombra….



7 comentarios:

Agridulce dijo...

Para mucha gente la juventud ha sido la peor etapa de su vida. Hay mucho tópico sobre la juventud-divino- tesoro.

Anónimo dijo...

Así es, Agri, casi doy fe.

Agridulce dijo...

Hola, F:

"Dichoso aquel que, de joven, fue joven".

Saludos acompasados.

Cide Hamete Benengeli dijo...

Por no darte la razón
qué trabajito me cuesta
el no llamar a tu puerta
para pedirte perdón.

Lloviendo amares dijo...


Arena del desierto
soy: desierto de sed.
Oasis es tu boca
donde no he de beber.

(HERNÁNDEZ)

ORáKULO dijo...

En la vida, hay que estar loco por algo para no volverse loco del todo.

(CHESTERTON)

TóTUM REVOLùTUM dijo...


No es que los guapos sean solo guapos, sino que además suelen ser sanos y alegres y equilibrados. Los feos solemos desarrollar un rencor y una soledad que nos hace más complejos e interesantes, pero a la vez más intratables, también para nosotros mismos. Gracias a esta lucha interior y a esta vida equivocada hemos desarrollado un pensamiento propio, cierto, ¿pero qué son cuatro opiniones peculiares, conseguidas de hacernos daño, al lado de la simpatía sin esfuerzo de los guapos, de lo bien que les sienta la victoria, de ese brillo y encanto suyos que no dejan de perfeccionarse?

Y qué maravilla cómo se mueven las personas guapas, tanto los hombres como las mujeres, que delicadeza y complejidad al mover el cuerpo y las manos, qué sincronía, también a la hora de hacer gestos con la cara, cuántos años les habrá llevado naturalizar tanto artificio, esa coquetería que en ellos parece necesaria. Nos observas en cambio a los feos y descubres que… ¡aún no hemos aprendido a movernos! ¡Se nota que pasamos de nuestro cuerpo, que no estamos enamorados de él!

¿Y cuál es la gran venganza que los feos hemos perpetrado contra los guapos? La invención de “el interior”. Toda esa jaula de pirañas que llevamos dentro, esa bola de complejos, frustraciones, inseguridad, rencor y ganas de devolver el golpe, la hemos pintado de naranja y presentado al público con el nombre profundo y misterioso de “el interior”. Con tanto éxito, que hoy hasta los guapos quieren tener “interior” y hasta están dispuestos a fingirlo.

(NEORRABIOS@)