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sábado, 19 de agosto de 2017

Y en él duermen reptiles (por Carlos Marzal)



Por más que aburras esa melodía
monótona y brumosa de la vida diaria,
y que te amansa;
por más lobo sin dientes que te creas;
por más sabiduría y experiencia y paz de espíritu;
por más orden con que hayas decorado las paredes,
por más edad que la edad te haya dado,
por muchas otras vidas que los libros te alcancen,
y añade lo que quieras a esta lista,
hay un pozo salvaje al fondo de ti mismo,
un lugar que es tan tuyo como tu propia muerte.
Es de piedra y de noche, y de fuego y de lágrimas.
En sus aguas dudosas
reposa desde siempre lo que no está dormido,
un remoto lugar donde se fraguan
las abominaciones y los sueños,
la traición y los crímenes.
Es el pozo de lo que eres capaz
y en él duermen reptiles, y un fulgor
y una profunda espera.
En tu rostro también, y tú eres ese pozo.

Ya sé que lo sabías. Por lo tanto,
acepta, brinda y bebe.


4 comentarios:

Pablo M dijo...

Cada hombre es un abismo, y cada mujer lo mismo.

casa de citas dijo...

Al otro, a Borges es a quien le ocurren las cosas. Sería exagerado afirmar que nuestra relación es hostil; yo vivo, me dejo vivir, para que Borges pueda tramar su literatura y esa literatura me justifica. Nada me cuesta confesar que ha logrado ciertas páginas válidas, pero esas páginas no me pueden salvar, quizá porque lo bueno ya no es de nadie, ni siquiera del otro, sino del lenguaje o  la tradición. Por lo demás, yo estoy destinado a perderme, definitivamente, y sólo algún instante de mí podrá sobrevivir en el otro. Poco a poco van cediéndole todo, aunque me consta su perversa costumbre de falsear y magnificar. Yo he de quedar en Borges, no en mí (si es que alguien soy).

(BORGES)

tERESA pANZA dijo...

A pan de quince días, hambre de tres semanas.

Fuego de palabras dijo...

Amado,



aunque nos rodean



el sufrimiento, la futilidad, la derrota...,



no pueden echársenos encima.



Aquí en el abismo de la eternidad



el amor nos ha coronado



por un momento



vencedores.



(SARA TEASLADE)