Qué
de esos hombres siempre bien montados
que con arrogancia ocupan parques y paseos de la ciudad
Ambicionando qué
desde su afectada postura en trabajado metal
Qué decir de esas inalterables figuras de bronce
triunfo de aquellos que con ardiente empeño anhelan evocar jornadas de incierta gloria
Qué decir de esos jinetes envarados
cabalgando siempre corceles de brío
-congelado metal en el tiempo- que en vana pretensión levantan una de sus patas
o ensayan un suave corcovo o se aferran con todas sus extremidades a ilusorios campos de batalla
Qué decir
de ese general uniformado a la europea
comandante de gauchos desarrapados
quien con altiva insolencia levanta su brazo derecho
la mano abierta
los dedos extendidos en señal de qué
-carga o retirada-
sujetando decidido las riendas de una bestia majestuosa
– fabuloso semental
de parada indómita
allí en las alturas de un imponente pedestal
recubierto en granito rosado
erigido sobre un basamento escalonado -de proporciones descomunales
delante del cual los jóvenes que pasan
rinden su mirada ante los pechos conmovedores de esa muchacha que sentada allí con la blusa desabrochada
se aprovecha de la tibieza de este sol de septiembre que precoz anuncia el verano
5 comentarios:
Las estatuas (y los estatuados) son el váter/urinario de las palomas. Se lo tienen merecido por dejarse esculpir.
veo unas vacas
en una cancha de fútbol
dos pasan
rozando un palo
la tercera
es gol
(CLAUDIO BERTONI)
Al despertar,
teclean la ventana
manos de lluvia
(JOSÉ LUIS MORANTE)
Demasiado asco para seguir con esto; mi patria es otra cosa, nacionalista infeliz; me sueno los mocos con tu bandera de pacotilla, ahí donde estés. La revolución también es otra cosa; a su término, muy lejos, tal vez infinitamente lejos, hay una magnífica quema de banderas, una fogata de trapos manchados por todas las mentiras y la sangre de la historia de los chacales y los resentidos y los mediocres y los burócratas y los gorilas y los lacayos.
(CORTÁZAR)
Sin discordancias ni incorrecciones
en perfecta sintaxis
con jerga ordenancista y ortografía académica
mandaban
acallar otras voces
someter otras razas
invadir territorios
practicar exterminios…
Y aunque lo que mandaban era sucio
lo mandaban en leyes muy pulcramente escritas
con gramática impecable
con lenguaje cuidado
con las frases bien construidas y las comas
en su sitio.
(SAIZ DE MARCO)
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