zUmO dE pOeSíA

zUmO dE pOeSíA
de todos los colores, de todos los sabores

ALEATORIUM: Saca un poema de nuestro almacén

Ver una entrada al azar

viernes, 5 de octubre de 2018

Me llevaré a la oscuridad tus ojos (por Julio Martínez Mesanza)


Lirio en el agua, inaccesible lirio,

y agua que escapa, luz inaccesible.

Me llevaré a la oscuridad tus ojos,

la hermosura terrible de este mundo,

la culpable hermosura de esta tarde,

la luz inaccesible de tus ojos.

Porque la tarde es última y oscura,

una hermosura sin después, un pozo

en el que va a ahogarse un niño, un pozo

con un lirio en su fondo inaccesible.

Todo se apaga alrededor y queda

sólo un pozo en el centro de la tarde

y un lirio inaccesible y, en mis ojos,

la luz que mataré cuando me vaya.



4 comentarios:

TóTUM REVOLúTUM dijo...

te olvidaré por la avenida en medio del atasco
en la caja del súper
subiendo la escalera
te olvidaré cada minuto cada segundo de manera incesante
te olvidaré sin tregua ni paréntesis
durante el desayuno
mientras voy al trabajo
a la hora de cenar
te olvidaré con tesón con ahínco
sin parar un momento
a todas horas y en todos los lugares
contumazmente disciplinadamente
con mi mente sumisa y mi corazón dócil que van a obedecerme
que sin ningún reparo ni queja ni fisura harán lo que les mande
cuando me esté duchando
de vuelta a casa en taxi
al ponerme el pijama
te borraré y echaré del recuerdo
te olvidaré

(RAFAEL BALDAYA)

ORáKULO dijo...

Escribir sirve para descubrir lo que no sabías que sabías.

Alifanfarón de la Trapobana dijo...

Vente conmigo, niña,
a los sembrados,
a regarlos con besos
y con abrazos.

Lloviendo amares dijo...

No volverá

como el calor que el pan exhala,

esta mitad ya de tu vida,

no volverá a entibiarte aquella sangre

que ya corrió.

Inhábil como un niño,

tu jaula mal cerrada sus pájaros dispersa;

al viento van tus días,

despedazados aleteos.


Lo que ha sido tu vida,

sobre la tierra ahora tiene menos peso

que la huella de un beso

posada en una frente.


O como una palabra

(menos aún que un beso);

¿y a quién se la dirás?

¿a quién le confiarás que amaste, odiaste,

tuviste un día el tiempo entre tus brazos?

El nombre del pasado no quiere decir nada

si no es para los labios que lo dicen.

(TOMÁS SEGOVIA)