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sábado, 5 de enero de 2019

Invisible y oscura (por Ryszard Kapuscinski)


Las raíces tienen una dirección vertical

desaparecen en la tierra

se hunden penetran

su existencia es invisible y oscura

intentar apartar los granos de arena

las piedras las rocas,

atravesar la lava y los minerales

arrojadas a la superficie

inactivas

se secan

sus dedos nudosos

se elevan hacia el cielo

su oración enredada e intraducible

la experiencia de las raíces:

la vida viene de meterse en las profundidades


4 comentarios:

Anónimo dijo...

MÍRAME (Isidoro Capdepón)





No soy bonita, ¿verdad?

Nadie me ve. Soy la raíz del rosal.

Siempre estoy oculta bajo la tierra. Y sucia.

Convivo con el barro y las lombrices.

Pero sin mí no habría "No la toques ya más, que así es la rosa".

Sin mí no habría "Mortal y rosa".

Sin mí no "Te llegará una rosa cada día".

Sin mí no "rosa mística".

Sin mí no "rosa de Alejandría".

Sin mí no "agua de rosas", ni "tiempo de rosas", ni "perfume de rosas".

Sin mí no rosas blancas ni rojas ni amarillas.

Sin mí no rosas rosas...

Y ahora, mírame bien.

No soy bonita, ¿verdad? No, más bien soy fea; y además huelo a estiércol. (Es lo que estás pensando.)

Soy quien alimenta, quien mantiene a la rosa. Soy la raíz.




DaniPovedano

Este cuento se complementa muy bien con el relato "Pincha", del que es autor Rafael Baldaya. Lo copiopego:

PINCHA (Rafael Baldaya)

Yo soy quien te defiende para que no te ataquen. Son muchos los hervíboros que se te acercarían y tragarían enteros tu corola, tu cáliz... O comerían las hojas del rosal. Y sin hojas la planta, y tú con ella, moriríais enseguida. Pero gracias a mí, sobre todo a mi punta que hiere donde toca, se hacen daño si muerden los tallos. Y al pincharse y sentir que les duele, desisten de comerlos. Por eso te respetan los conejos, las cabras, los ciervos, las ovejas... Por eso no te ingieren como a otras hierbas, matas o arbustos indefensos. Y debido a ello tú puedes brotar, abrir de par en par los pétalos, mostrar tu colorido, esparcir tu perfume. Yo, Rosa, te defiendo de todos los peligros. Yo soy quien te protege. Yo: la dura, la gris, la servicial espina.



Carla dijo...

A menudo los comentarios en este blog son mejores que el poema.

Anónimo dijo...

Esa espina debe ser protectora de Todas las Rosas. no importa su color, su forma, su tiempo...

Anónimo dijo...

Rafael Baldaya, heterónimo de Pessoa, astrólogo.