miércoles, 12 de mayo de 2010
El sueño avanza (por José Ángel Valente)
Por una espesa y honda
avenida de árboles que unen
en lo alto su copa y pesadumbre
el sueño avanza.
Abre sus grandes alas,
sus poderosos brazos
de lenta sombra y noche grande: cierra
contra todo horizonte.
En el centro del aire
cabecea un navío
rodeado de enormes
territorios de sueño.
El sueño avanza: pone
su silenciosa planta
en el umbral de nuestra
transitoria vigilia.
Acaricia y golpea,
llama con voz suave
y entra como un río
de seguro poder.
El sueño halaga,
porfía y nos rodea
hasta que al fin caemos
en su seno girando
como plumas, girando
interminablemente.
Ésta es la inerme paz, la sosegada
mentira de la sombra.
El sueño multiplica
su rostro en un espejo
sin fin: vértigo quieto, inmóvil
torbellino.
¡Gritad! Pero no; el grito
es también sueño. Ahora su dominio.
Potestad de la noche.
avenida de árboles que unen
en lo alto su copa y pesadumbre
el sueño avanza.
Abre sus grandes alas,
sus poderosos brazos
de lenta sombra y noche grande: cierra
contra todo horizonte.
En el centro del aire
cabecea un navío
rodeado de enormes
territorios de sueño.
El sueño avanza: pone
su silenciosa planta
en el umbral de nuestra
transitoria vigilia.
Acaricia y golpea,
llama con voz suave
y entra como un río
de seguro poder.
El sueño halaga,
porfía y nos rodea
hasta que al fin caemos
en su seno girando
como plumas, girando
interminablemente.
Ésta es la inerme paz, la sosegada
mentira de la sombra.
El sueño multiplica
su rostro en un espejo
sin fin: vértigo quieto, inmóvil
torbellino.
¡Gritad! Pero no; el grito
es también sueño. Ahora su dominio.
Potestad de la noche.
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12 comentarios:
La verdad, no me gustó mucho el poema, y en general este autor, Valente, me parece sobrevalorado.
Por otro lado, creo que nos caemos de la realidad al sueño (cuando nos quedamos dormidos), pero también caemos de los sueños cuando -de pronto- nos despertamos. Caemos, nos caemos, del sueño a la realidad y nos pegamos un gran costalazo.
Es como caer, como zambuyirse bruscamente, de un mundo a otro. Es como caerse, precipitarse del trapecio.
De todos modos, uno y otro universo quizá no sean tan distintos. En el mundo de los sueños no gobierna la conciencia. En el del no-sueño (o vigilia) tal vez tampoco (al menos no del todo).
Así como de niños aprendemos a andar sin reparar para nada en los huesos, músculos y articulaciones que accionamos, así aprendemos a hablar, sin darnos ninguna cuenta de las complejas estructuras sintácticas que ponemos en juego.
(S. DE OCRAM)
El crítico, al contrario que el poeta, no puede comportarse como un niño malcriado.
(JLGM)
Somos el borrador de un texto que nunca será pasado a limpio.
(ROBERTO JUARROZ)
La prudencia y el amor no están hechos el uno para el otro.
Que nadie se llame a engaño:
todo el que vive por dentro,
por dentro se va matando.
La irracionalidad del mundo ha sido la fuerza motriz de todos los fenómenos religiosos.
(MAX WEBER)
No en las victorias, sino en los reveses, es donde se mide a los hombres.
Grandes molinos
de energía eólica...
sin molinera.
(RAFAEL BALDAYA)
Los puñales y las lanzas no son tan afilados como las lenguas.
(proverbio malayo)
Asno sea quien a asno golpea.
La risa es el presente perfecto.
(VÉLEZ)
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