martes, 11 de mayo de 2010
Lo malo de la trinchera (por Ana Pérez Cañamares)
Lo malo de la trinchera
no es su húmeda estrechez.
El barro y la sangre abrigan
somos muchos aquí
y las fotos que nos mandaron desde casa
nunca se desgastan.
Siempre hay tiempo para una partida de cartas.
Para el momento íntimo y juguetón
de despiojarnos.
Alguien que baila al ritmo
de los tableteos lejanos
de las ametralladoras
o un buen imitador de generales
que nos hace reír.
Lo malo de la trinchera
es que no sabemos cuándo
tendremos que abandonarla.
no es su húmeda estrechez.
El barro y la sangre abrigan
somos muchos aquí
y las fotos que nos mandaron desde casa
nunca se desgastan.
Siempre hay tiempo para una partida de cartas.
Para el momento íntimo y juguetón
de despiojarnos.
Alguien que baila al ritmo
de los tableteos lejanos
de las ametralladoras
o un buen imitador de generales
que nos hace reír.
Lo malo de la trinchera
es que no sabemos cuándo
tendremos que abandonarla.
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11 comentarios:
Un poema al que le tengo especial cariño...Gracias!
Gracias a ti, Ana. Tenemos más poemas tuyos en cartera, esperando aparecer en nuestro blog.
Emilia y Aitor.
Más aún que la inteligencia de las bestias, nos sorprende la bestialidad de los hombres.
Haciendo por olvidarte
en la cama me metía.
Y mientras más dormío estaba,
más presente te tenía.
Arde Hiroshima
y la Tierra a lo suyo,
a dar más vueltas.
(RAFAEL BALDAYA)
El leopardo cambia el pelo, pero no las rayas.
(proverbio tanzano)
Cuerpos ajenos
-de ovejas, cerdos, vacas…-
mastico y trago.
(RAFAEL BALDAYA)
De este ladrillo, no hagas un castillo.
Lo que no se evalúa, se devalúa.
Han hecho el nido
sobre el espantapájaros
unos gorriones.
(CUQUI COVALEDA)
Cuqui, qué chévere!
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