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Al cabo, al fin, por último,
tomo, volví y acábome y os gimo, dándoos
la llave, mi sombrero, esta cartita para todos.
Al cabo de la llave está el metal en que aprendiéramos
a desdorar el oro, y está, al fin
de mi sombrero, este pobre cerebro mal peinado,
y, último vaso de humo, en su papel dramático,
yace este sueño práctico del alma.
¡Adiós, hermanos san pedros,
heráclitos, erasmos, espinosas!
¡Adiós, tristes obispos bolcheviques!
¡Adiós, gobernadores en desorden!
¡Adiós, vino que está en el agua como vino!
¡Adiós, alcohol que está en la lluvia!
¡Adiós también, me digo a mí mismo,
adiós, vuelo formal de los milígramos!
¡También adiós, de modo idéntico,
frío del frío y frío del calor!
Al cabo, al fin, por último, la lógica,
los linderos del fuego,
la despedida recordando aquel adiós.
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12 comentarios:
Despedida general del mundo. Qué bueno eso de ¡Adiós también, me digo a mí mismo!
Los libros no son cosas de lujo, salvo para los que no leen.
(JRJ)
No vuelvo más a chiflar
pa avisar de que he venido,
que anoche salió tu perro
y pagué caro el chiflido.
Se tiene vocación por aquello que, cuando no se hace, se sufre por no hacerlo.
Ya se secó el árbolito
donde dormía el pavo real.
Pues que duerma ahora en el suelo
como cualquier animal.
....
Ya se acabaron los puros
que fumaba el general.
Pues que fume picadura
como cualquier militar.
Como en Egipto
creyendo que son dioses
siguen los gatos.
(CUQUI COVALEDA)
Lo que me preocupa no es que me hayas mentido, sino que ya no podré confiar en ti.
(NIETZSCHE)
Si te arrepientes por el tiempo perdido, lo estás perdiendo de nuevo.
En el lodo no cae mancha.
Río que recto manchara, menguada huerta regara.
Río que recto maRchara, menguada huerta regara.
Ante el enigma trágico del mundo
y el misterio de las constelaciones,
mi alma hermética y sola es un profundo
silencio lleno de interrogaciones.
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