jueves, 5 de mayo de 2011
Una especie de abismo (por Michel Houellebecq)
Yo ya me sentí viejo al poco de nacer:
los demás luchaban, deseaban, suspiraban,
en mí no sentía más que una añoranza imprecisa.
Nunca tuve nada parecido a una infancia.
En la profundidad de ciertos bosques, sobre una alfombra de musgo,
repugnantes troncos de árbol sobreviven a su follaje;
en torno a ellos se forma una atmósfera de luto.
En su piel ennegrecida y sucia medran los hongos.
Yo no serví jamás a nada ni a nadie:
lástima. Vives mal cuando es para ti mismo.
El menor movimiento constituye un problema,
Te sientes desgraciado y, sin embargo, importante.
Te mueves vagamente, como un bicho minúsculo.
Ya apenas eres nada, pero, ¡qué mal lo pasas!
Llevas contigo una especie de abismo
mezquino y portátil, levemente ridículo.
Dejas de ver la muerte como algo funesto.
De vez en cuando ríes, sobre todo al principio.
Intentas vanamente adoptar el desprecio.
Luego lo aceptas todo y la muerte hace el resto.
los demás luchaban, deseaban, suspiraban,
en mí no sentía más que una añoranza imprecisa.
Nunca tuve nada parecido a una infancia.
En la profundidad de ciertos bosques, sobre una alfombra de musgo,
repugnantes troncos de árbol sobreviven a su follaje;
en torno a ellos se forma una atmósfera de luto.
En su piel ennegrecida y sucia medran los hongos.
Yo no serví jamás a nada ni a nadie:
lástima. Vives mal cuando es para ti mismo.
El menor movimiento constituye un problema,
Te sientes desgraciado y, sin embargo, importante.
Te mueves vagamente, como un bicho minúsculo.
Ya apenas eres nada, pero, ¡qué mal lo pasas!
Llevas contigo una especie de abismo
mezquino y portátil, levemente ridículo.
Dejas de ver la muerte como algo funesto.
De vez en cuando ríes, sobre todo al principio.
Intentas vanamente adoptar el desprecio.
Luego lo aceptas todo y la muerte hace el resto.
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7 comentarios:
Todo arte tiene mucho, muchísimo, de artesanía.
Atravesé la montaña
“pa” venir a ver las flores.
Aquí hay una rosa huraña
que es la flor de mis amores.
Y aunque otro quiera cortarla,
yo la divisé primero
y juro que he de robarla
aunque tenga jardinero.
Yo he de verla trasplantada
en el huerto de mi casa,
y si sale el jardinero
“pos” a ver, a ver qué pasa.
Más mas hace una hormiga andando que un buey tumbado.
Si te conoces demasiado a ti mismo, dejarás de saludarte.
¿Cuántos bebieron
antes esta misma agua
que estoy tragando?
(CUQUI COVALEDA)
No guardes nunca en la cabeza aquello que te quepa en un bolsillo.
(EINSTEIN)
Para fugarnos de la tierra
un libro es el mejor navío;
y se viaja mejor en el poema
que en el más brioso y rápido caballo.
(EMILY DICKINSON)
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