mis rasgos externos perecederos, como las heces, el cabello, la piel,
la ropa desechada, inútiles para mí y muertos.
Desde la unidad, ¿qué deberíamos decir que no hayamos dicho
antes juntos? Nada que decirles,
nada que decir. Lo que ellos a mí, así debo
parecerles yo a ellos. La soledad humana
es la infinita unidad del hombre. El hombre es uno;
está solo en su mundo. Somos ese uno,
incluso nosotros, que ahora susurramos juntos,
íntimamente, como si fuéramos dos, como hacen los niños,
sabiendo tanto como nosotros y haciéndonos creer,
igual que creemos nosotros, que hay otro allí.
4 comentarios:
Si el presente juzga al pasado, perderá el futuro.
Toma, niña, esta naranja,
que la cogí de mi huerto.
No la partas con cuchillo,
que va mi corazón dentro.
El entresueño,
la duermevela: esas
zonas de enmedio.
(RAFAEL BALDAYA)
Se creyó dueño
y ella lo obligó a la más honda encuesta,
a preguntarse qué era en realidad suyo.
Después lo tomó en sus manos
y fue formando su rostro
con el mismo material del extravío, sin desechar nada,
y lo devolvió a los brazos del origen
como a quien se amó sin decírselo.
(RAFAEL CADENAS)
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