martes, 9 de abril de 2013
Una totalidad (por Wallace Stevens)
Luz, primera luz de la noche, como en un cuarto
en el que descansamos y, casi por nada, pensamos
que el mundo imaginado es el bien esencial.
Ésta es, por tanto, la más intensa cita.
Es en esta idea en la que nos recogemos,
fuera de todas las indiferencias, en una sola cosa:
Dentro de una sola cosa, una sola manta
que nos abriga bien, pues somos pobres, un calor,
una luz, un poder, la milagrosa influencia.
Ahora, aquí, nos olvidamos el uno al otro y de nosotros.
Sentimos la oscuridad de un orden, una totalidad,
un conocer, lo que arregló la cita,
dentro de su vital circunscripción, en la mente.
Decimos: Dios y la imaginación son uno.
La candela más alta, que alta ilumina lo oscuro…
Y fuera de esta luz, de esta mente central,
hacemos nuestra casa en el aire nocturno,
donde estar los dos juntos es lo suficiente.
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2 comentarios:
El Sil lleva el agua y el Miño la fama.
Con los curas a oscuras
nunca te quedes
porque, aunque lleven faldas,
no son mujeres.
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