domingo, 18 de agosto de 2013
Tan grande y bello (por Eduardo Lizalde)
Buenos días, mundo.
Me alegra verte afuera al despertar.
Celebro que no hayas
-la ocasión la pintan calva-
aprovechado el manto de la noche maldita
para irte por siempre al inframundo.
También me reconforta
que aún te habiten pájaros cantores,
meistersinger del bosque en el jardín;
que el sol severo nos escalde aún
y nos torture el rudo ozono
-como todos los días-.
Soñé que te habías ido
conmigo hacia el infierno,
y que se habían quedado aquí
sin mundo todas las demás criaturas:
piedras, grajos, insectos o personas.
Te veo tan grande y bello,
que me río de los siniestros solipsistas
de antaño.
No has de esfumarte cuando yo me extinga.
Canto tu salud de hierro,
tu verde corazón y tu estructura
de granito.
Buenos días, querido, hermoso mundo.
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4 comentarios:
Los celos nacen del amor, pero no mueren con él.
Hay veces en que el atrevimiento es prudencia; y la inacción es temeridad.
Quien primero viene, primero tiene.
La costumbre es una segunda naturaleza.
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