no seré más que una sombra imprecisa;
habré existido en un instante en que la
alegría y la piedad ardían en tus ojos.
Pero también quiero permanecer desconocido en ti.
Desconocido. Simplemente envuelto en tu felicidad.
Tú distraída en tu luz y yo apenas viviente en ella, y así,
imperceptiblemente amado, esperar la desaparición.
Aunque quizá estamos ya separados por un hilo de
sombra y cada uno está en su propia luz
5 comentarios:
Cuando el amor se acaba, ¿sabes tú adónde va?
No es la misma realidad desde el suelo que desde el tejado.
Quien yerra y se enmienda, a Dios se encomienda.
Es mi casa tan pequeña
que cada vez que entra el sol,
como los dos no cabemos,
me tengo que salir yo.
El tiempo se hizo para que no pase todo a la vez.
(proverbio búlgaro)
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